Integrar la sombra

Irene/ octubre 23, 2018/ aprender astrología

En muchas ocasiones, hablando de los diferentes eventos astrológicos usamos la frase «integrar» o «integrar la sombra» y para muchas personas no queda claro qué es lo que eso significa.

No puedo hablar por todos los astrólogos, pero en mi caso concreto cuando hablo de integrar me refiero a aceptar y equilibrar todas las partes de la carta de una persona.

Por ejemplo, si esa persona lleva mal a su Saturno es posible que esté siendo muy exigente con el resto y viendo que todo el mundo a su alrededor es irresponsable o cerrándose a relaciones por prejuicios. Si detecto eso en una sesión, es probable que le haga algunas propuestas para que active su Júpiter, o lo que es lo mismo, que lo integre con su Saturno.

Y ahí es donde entra el concepto de la sombra. La sombra es la parte de nosotros que no queremos reconocer, por ejemplo, alguien muy perfeccionista no quiere reconocer que comete errores. Y a la vez es lo que rechazamos en otro, es decir, esa persona no quiere reconocer que comete errores y ve todos los errores que cometen los de alrededor.

Atreverse a mirar y aceptar la sombra es un ejercicio de humildad que en un principio es doloroso pero acaba reconciliándonos con nosotros mismos y con los demás. Es el reconocimiento de que todos formamos parte de lo mismo, somos más parecidos de lo que aparentamos. No hay ni buenos ni malos.

Existen cantidad de variables en psicología (que se traducen al lenguaje coloquial en rasgos de personalidad, trastornos, etcétera) que son polares. Es decir, dos características que consideramos opuestas como por ejemplo ser introvertido o extrovertido forman parte de la misma variable, siendo los dos extremos. Y pocas personas son 100% el extremo de la intro o el de la extroversión, tenemos algún grado de esa variable que nos sitúa más cerca de un polo o del otro.

Al conocer esto, nos damos cuenta de que las barreras que ponemos entre los demás y nosotros, no son reales, las diferencias no son tan grandes. Aquello que hoy no te gusta y que además te hace juzgar a quiénes lo practican, mañana puede convertirse en algo que te guste, si tienes la suficiente humildad para cambiar de opinión.  Pues la afinidad por una persona o alguna actividad tiene dos polos, el odio o el amor, pero casi nadie estará al 100% en uno de esos polos así que esa persona o esa afición que no nos convencía puede que un día sí lo haga.

Desde ese punto podemos comenzar a comprender que no somos tan diferentes de aquellos con los que tenemos conflicto, y que lo que vemos en ellos que nos molesta, también forma parte de nosotros. Esa es la reconciliación que trae reconocer y aceptar la sombra. Es un ejercicio de humildad que nos regala la paz.

 

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