Ascendente Virgo – Características de ascendente Virgo y orientaciones para manifestarlo desde la consciencia

Irene/ junio 10, 2020/ aprender astrología, Ascendente

El ascendente en Virgo arquetípicamente tiene en su casa XII al signo de Leo. Es posible que tú seas ascendente Virgo y que tu casa XII no sea Leo, pero aún así lo que explico aquí sí que sería aplicable a tu ascendente, ya que la matriz arquetípica tiene cierta validez universal. Las personas cuya carta no encaja con la matriz, que por ejemplo tienen ascendente Virgo pero su casa XII es Cáncer, deben entender primero la matriz general en la que les correspondería una casa XII en Leo– la que explico en este artículo – y después interpretar su casa XII en Cáncer o en el signo que sea como una peculiaridad que añadiría información complementaria a la explicación general.

Entonces, ya explicado que aunque tu casa XII no sea Leo, esta información sí es aplicable a tu caso, vamos con la información sobre el ascendente Virgo. La persona que tiene ascendente Virgo viene de vidas pasadas en las que sus deseos y su voluntad eran importantes.

En esta encarnación, tiene que aprender la parte Virgo de la vida, el orden. Su aprendizaje desde pequeño es moverse en un orden en que las situaciones son anteriores a su llegada y difieren de su voluntad, tiene que adaptarse. De hecho, Virgo es un signo mutable, lo que aún más da esa connotación de aprender a ser flexible.

Es habitual que de niños se den cambios en sus vidas que los hagan adaptarse a una situación que no les gusta, como por ejemplo, mudarse a una casa más pequeña que en la que nacieron. Muchas veces son personas a las que la vida les prometía un futuro de éxito y de cierto estatus, pero en algún momento eso se trunca. No significa que no puedan alcanzarlo, pero no será regalado o heredado, como en un primer momento de sus vidas podría haberse pensado, sino que tendrán que trabajárselo.

Se da, por lo tanto, cierta restricción para los ascendente Virgo. Es un modo en que la vida les empuja a aprender a valorar los detalles, a gestionar sus recursos y a manejarse en lo pequeño, lo Virgo. Es por eso que pueden pasar, por ejemplo, de tener mucho espacio a de pronto vivir en un lugar más pequeño. O de vivir en el campo a vivir en la ciudad. Hay una sensación de pérdida de libertad, que no es en sí impuesta por una persona sino por la situación.

Al tener las casas de inercia, las que representan patrones del pasado o incluso vidas pasadas, en signos de fuego, la persona en realidad tiene una tendencia a no querer aceptar esas imposiciones externas. El fuego actúa sobre el mundo, está acostumbrado a que su voluntad sea importante. Esto puede hacer que haya impulsividad, en contraparte con un ascendente en tierra, más prudente. Especialmente eso ocurrirá si hay muchos planetas en Leo.

Cuanto más impulsiva sea la persona, cuanto más desea crecer rápidamente, más se vuelven en su contra las circunstancias, imponiéndole limitaciones de todo tipo. Su ascendente no para de recordarle que no le toca ese tipo de vida, que puede crecer, pero que debe ser poco a poco, paso a paso.

Suelen ser personas que deben salir adelante desde una posición que no le da todos los recursos que otros tienen. Ya sea en lo económico o en lo cultural. No implica que todo ascendente Virgo es pobre, ni mucho menos, de hecho los hay incluso en familias nobiliarias. Pero todos tienen en común el hecho de que de sus padres a ellos hay un cambio en el estatus familiar, una merma en la posición.

Si la persona no acepta su ascendente, este se manifestará igualmente en su vida, pero lo hará a través de situaciones externas que serán percibidas como incontrolables. Ese tipo de situaciones estarán relacionadas con la parte oscura de Virgo: problemas crónicos de salud (tanto propios como de personas cercanas que le toque cuidar), estrechez económica, quiebra, deudas…

Cuando la persona no lucha contra su ascendente, administra adecuadamente sus recursos, sin hacer inversiones como si el dinero fuera ilimitado, no se desorganiza económicamente ni tiene prisa por crecer. En su vida personal lo mismo, aprende a esperar a que otros reaccionen para decidir qué hace y aprende a dar por amor, a entregarse a otros y servirles sin esperar aplausos, por el mero hecho del placer de ayudar. En el momento en que el ascendente Virgo actúa de este modo, poco a poco la vida comienza a sonreírle y a darle un poco más de cancha.

Imagen de PublicDomainPictures (Pixabay)

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