La luna, neurotransmisores y emociones
En astrología la luna siempre se ha relacionado con las emociones y con la relación maternal, esto último es posible que se deba al hecho de que la luna es la Diosa, lo femenino, mientras el Sol es el ego y lo masculino. Las emociones son más cambiantes que los sentimientos, de hecho, pueden cambiar en un mismo día y casi ningún evento psicológico cambia de forma tan continua. Sin embargo, los movimientos y aspectos astrológicos suelen ser algo más lentos.
Entonces, ¿cómo puede influir un astro de una forma tan directa y rápida en cómo nos sentimos? La respuesta está en la proximidad de la Luna y en la forma en que se mueve, es el astro más cercano y también completa rápidamente su órbita, y visto desde una posición geocéntrica es el que antes cambia de signo. Tanto es así que debido a su proximidad la Luna influye en las mareas, atrayendo el agua hacia el lado en el que ella se encuentra.
Esto son observaciones que siempre se hicieron, desde antiguo, y que actualmente tienen su explicación en la gravedad. Hay otro tipo de observaciones respecto a la luna que aún tienen difícil explicación pero que son sistemáticas (es decir, se dan en diferentes lugares del mundo y lo observan diferentes personas). Algunas de estas tienen que ver, por ejemplo, con el tiempo que tarda en crecer el pelo según el momento del ciclo lunar en el que nos lo cortemos, puesto que si lo cortas en período de luna menguante tardará más en crecer que si lo cortas en luna creciente. Podría parecer algo inverosímil pensar que el ciclo lunar afecte de alguna forma a algo tan particular como la velocidad a la que crece el pelo, sin embargo, ya es reconocido por bastantes profesionales el hecho de que con los cambios de estación se pierde pelo o cambia el ánimo de las personas, y los cambios de estación son eventos que ocurren por la órbita e inclinación del eje de giro de la Tierra respecto al Sol, que es un astro mucho más lejano.
El médico Mark Filippi estudió la influencia de la luna en los valores de algunos neurotransmisores: dopamina, acetilcolina, noradrenalina y dopamina.
Al parecer, durante la luna creciente tenemos mayores niveles de acetilcolina en el cerebro y también aumentan sus receptores. La acetilcolina es un neurotransmisor que está relacionado con la vigilia, con el mantenerse despierto, cuando se libera las neuronas se encuentran activas. Esta es una explicación de por qué durante la luna creciente nos encontramos con más energía y por eso es el mejor momento para iniciar proyectos o para trabajar un poco más de lo habitual.
Una vez alcanzado el cuarto creciente, cuando la luna ya se dirige a ser luna llena, el neurotransmisor que cobra más protagonismo es la serotonina. La serotonina está relacionada con la felicidad, es normal sentirse satisfecho durante esta etapa lunar, sobre todo si iniciamos algo durante la luna creciente, puesto que los inicios siempre nos dan ese «empujoncito» de estar haciendo algo nuevo.
Al pasar de luna llena a cuarto menguante la sustancia que predomina es la dopamina. Está asociada al placer y a la excitación, sin embargo, durante esta semana necesitamos «estimulación», es decir, necesitamos darnos un capricho para aprovechar esa dopamina. Es posible que nos cueste más ponernos a trabajar, sin embargo, es buen momento para finalizar proyectos que ya estuvieran empezados porque el hecho de ir alcanzando metas siempre se ve como algo satisfactorio e incluso al nivel de un pequeño capricho, no hay mejor recompensa que el trabajo ya finalizado, y más si está bien hecho.
Una vez alcanzado el cuarto menguante y yendo hacia la luna nueva la sustancia estrella es la noradrenalina. Este momento del mes puede ser complicado porque podemos mostrarnos irascibles y desconfiados.
La luna va cambiando de signo cada dos días aproximadamente, por lo que cada una de estas etapas del ciclo lunar tendrán un matiz diferente en función del signo en el que se encuentre la luna. Por ejemplo, una luna creciente (momento de iniciar proyectos) en aries (signo de los inicios) nos hará sentirnos con más fuerzas que nunca, el carácter de esa luna creciente se ve potenciado.